A través de las aulas multiedad, buscamos maximizar los beneficios y oportunidades de aprendizaje para nuestros alumnos. A continuación, se detallan algunos de los beneficios clave de las aulas multiedad:

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• Desarrollo social y emocional: Los entornos de multiedad brindan oportunidades únicas para el desarrollo social y emocional de los niños. Al estar en un ambiente con compañeros de diferentes edades, los niños más jóvenes pueden aprender de sus compañeros mayores, quienes pueden convertirse en modelos a seguir. A su vez, los niños mayores tienen la oportunidad de desarrollar habilidades de liderazgo y empatía al ayudar y guiar a los más jóvenes. Esta interacción promueve la construcción de relaciones positivas, el respeto mutuo y el desarrollo de habilidades sociales (Berk, 2013).

• Diferenciación y aprendizaje individualizado: En un aula multiedad, se fomenta el aprendizaje individualizado y la diferenciación. Al contar con un rango más amplio de habilidades y conocimientos presentes en el aula, los niños tienen la libertad de avanzar según su propio ritmo y nivel de habilidad. No se sienten presionados por mantenerse al ritmo de los demás, lo que les permite explorar y desarrollar sus fortalezas, así como abordar desafíos personalizados. Esto promueve la autonomía, la confianza en sí mismos y la motivación intrínseca (Lillard, 2017).

• Modelos a seguir: La presencia de niños mayores en las aulas multiedad brinda a los niños más pequeños modelos a seguir inspiradores. Observar a sus compañeros mayores realizando actividades y alcanzando metas puede motivar a los más jóvenes a aprender nuevas habilidades, adquirir conocimientos y adoptar comportamientos positivos. Esta interacción entre diferentes grupos de edad fomenta el sentido de comunidad, la colaboración y la inspiración mutua (Gray & Feldman, 2004).

• Inclusión: Las aulas multiedad también promueven la inclusión y la adaptación a las diferencias individuales de manera natural y menos estigmatizante. Para los niños con necesidades educativas especiales, el ambiente multiedad brinda flexibilidad y oportunidades de adaptación más personalizadas. La interacción con compañeros de diferentes edades propicia un apoyo mutuo, una comprensión empática y una sensación de pertenencia en el grupo. Esto contribuye a la creación de una comunidad inclusiva y respetuosa donde todos los niños pueden desarrollarse plenamente (Cole, et al., 2004).